Llamadme antigua pero a mí no me hace la misma ilusión recibir un e-mail que una carta escrita a mano. Esa sorpresa... tenerla en tus manos, ver tu nombre escrito con su letra, la emoción de abrirla y ver su letra. Leerla una y otra vez, en la cama, en el jardín, en el sofá... en el ¿trabajo? Sí, sí como lo lees. El primer regalo fugaz que te propongo hoy es una envia ...

